Cannabinoides menores: el auge del CBG, CBN y THCV como la nueva frontera del cannabis
Cuando se habla de “cannabis”, la mayoría de la gente piensa enseguida en el THC y el CBD. Pero la planta alberga un ecosistema químico mucho más complejo: más de un centenar de cannabinoides diferentes, muchos de ellos presentes solo en cantidades mínimas. Estos cannabinoides menores están emergiendo como una nueva frontera para la investigación, la innovación y las experiencias más refinadas con el cannabis.
A diferencia del THC (psicoactivo) y del CBD (no psicoactivo pero ampliamente estudiado), los cannabinoides menores como CBG (cannabigerol), CBN (cannabinol) y THCV (tetrahidrocannabivarina) se encuentran aún en una fase temprana de estudio, pero su popularidad está creciendo rápidamente. Prometen efectos más específicos, interacciones más suaves y la posibilidad de adaptar el consumo de cannabis a las necesidades de cada persona.
En este artículo exploramos en profundidad cómo se forman estos compuestos, qué dice la ciencia sobre sus efectos, los desafíos de su producción y cómo podrían definir el futuro de la industria del cannabis.
A medida que el sector se profesionaliza, los cannabinoides menores pasarán de ser una curiosidad científica a un componente clave en la genética, el bienestar y los nuevos productos cannábicos.
¿Qué son los cannabinoides menores?
Los “cannabinoides menores” son aquellos compuestos que aparecen en la planta en concentraciones mucho más bajas que los principales, THC y CBD. Sin embargo, “menor” no significa “sin importancia”.
Muchas de estas moléculas interactúan de manera única con el sistema endocannabinoide, y pequeñas variaciones en su estructura pueden producir efectos fisiológicos completamente distintos.
La mayoría se originan a partir de precursores como el CBGA (ácido cannabigerólico), que mediante procesos enzimáticos se transforma en THC, CBD u otros compuestos, según la genética de la planta.
La oxidación y el envejecimiento también influyen: por ejemplo, el THC puede degradarse con el tiempo y convertirse en CBN.
Por qué son importantes:
Ofrecen efectos más precisos y específicos
Pueden actuar en sinergia con el THC y el CBD (efecto séquito o entourage)
Permiten diferenciar productos y variedades
Algunos tienen un estatus legal más flexible que el THC
Los cannabinoides menores representan el siguiente paso en la evolución del conocimiento sobre el cannabis: más precisión, naturalidad y diversidad.
CBG: la “madre” de los cannabinoides
El CBG (cannabigerol) es conocido como “la madre de los cannabinoides”, ya que de él derivan otros compuestos como el THC y el CBD.
En la planta se presenta inicialmente como CBGA (ácido cannabigerólico), que se convierte durante el crecimiento en otros ácidos (THCA, CBDA, etc.). Al final del ciclo, la mayor parte del CBG se ha transformado, dejando solo una pequeña cantidad.
Efectos y posibles usos:
Propiedades antiinflamatorias y beneficios digestivos
Potencial neuroprotector
Actividad antibacteriana, incluso frente a bacterias resistentes
Posible ayuda para reducir la presión ocular
Ligero efecto sobre el ánimo y el apetito
El CBG no es psicoactivo, por lo que no produce ningún tipo de “colocón”.
Desafíos en la producción:
Baja concentración natural, difícil de extraer
Costes elevados de cultivo y extracción
Sensibilidad a la luz y al calor
Falta de claridad regulatoria
Posicionamiento en el mercado:
El CBG se asocia con el bienestar diurno: claridad mental, enfoque y serenidad. Se combina con frecuencia con CBD o microdosis de THC.
CBN: el cannabinoide del sueño
El CBN (cannabinol) se forma principalmente por la degradación del THC cuando la planta envejece o se expone a la luz, el oxígeno o el calor.
Efectos y posibles beneficios:
Induce relajación y favorece el sueño
Ligera psicoactividad en dosis altas
Sinergia con el THC para un efecto más sedante
Propiedades antiinflamatorias y antibacterianas
Posible estimulación del apetito
Desafíos:
Difícil de producir de forma constante
Riesgo de residuos de THC en la extracción
Falta de estudios clínicos en humanos
Expectativas de marketing a veces exageradas
Usos comunes:
El CBN es un ingrediente clave en productos nocturnos —aceites, cápsulas y gummies— diseñados para el descanso y la recuperación.
THCV: el cannabinoide de la energía
El THCV (tetrahidrocannabivarina) tiene una estructura química similar al THC, pero actúa de forma diferente. En dosis bajas puede reducir el apetito y modular los efectos del THC; en dosis altas puede ser ligeramente psicoactivo y estimulante.
Efectos y aplicaciones potenciales:
Control del apetito y apoyo metabólico
Mejora de la sensibilidad a la insulina
Sensación de energía, enfoque y claridad mental
Potencial neuroprotector
Desafíos:
Efectos dependientes de la dosis
Muy baja presencia natural en la mayoría de variedades
Costosa extracción y purificación
Situación legal ambigua en varios países
Posicionamiento en el mercado:
El THCV está ganando popularidad entre quienes buscan energía, motivación y control del apetito sin los efectos psicoactivos del THC. Es ideal para productos funcionales o de microdosificación.
Sinergia y efecto séquito (
entourage
)
Los cannabinoides menores pueden combinarse con THC y CBD para equilibrar o potenciar sus efectos, en lo que se conoce como efecto séquito.
Ejemplos:
THC + CBN = relajación profunda
CBG + CBD = efecto calmante y antiinflamatorio
THC + THCV = sensación más clara y sin “munchies”
Estas combinaciones permiten crear productos adaptados al día o la noche con efectos bien definidos.
Desafíos y marco legal
Principales obstáculos en el desarrollo de los cannabinoides menores:
Falta de estudios clínicos sólidos en humanos.
Inconsistencia de concentraciones entre cosechas.
Ambigüedad legal según el país.
Exceso de marketing frente a la evidencia científica.
Altos costes de producción y extracción.
A pesar de ello, la investigación avanza y las regulaciones se están adaptando poco a poco, abriendo la puerta a una nueva era del cannabis.
Qué significa para la industria del cannabis
Para cultivadores, criadores y marcas, los cannabinoides menores representan una gran oportunidad:
Nuevas genéticas con alto contenido en CBG o THCV
Mayor educación y confianza del consumidor
Nuevos segmentos de producto: energía, relajación, bienestar
Colaboraciones científicas y de laboratorio
Posicionamiento competitivo gracias a la innovación
Quienes adopten estos compuestos primero serán los líderes del mañana.
Conclusión
Los cannabinoides menores como CBG, CBN y THCV marcan el inicio de una nueva etapa para la cannabis: más precisa, natural y personalizada.
Aunque persisten desafíos legales, técnicos y científicos, su potencial es enorme. El futuro del cannabis no se limita al THC y al CBD, sino que se extiende a toda la riqueza química de esta planta excepcional.
La era de los cannabinoides menores acaba de comenzar.